Qué ver en O Rosal

Desde Gondomar, bien cruzando las montañas y sorteando caballos salvajes, bien dando un rodeo y yendo paralelo al Océano Atlántico, el viajero va a alcanzar el valle de O Rosal. Este valle es famoso por sus vinos de baja graduación, con denominación de las Rías Baixas.

Dicen los historiadores que los peregrinos ya conocían este vino desde la Edad Media, y lo desgustaban antes de cruzar en barca el río Miño, hacia Santiago. La capital del municipio recibió el título de Villa Fiel y Leal.

Algunas visitas recomendadas son al Calvario de San Xoán de Tabagón, con su hermoso mirador con magníficas vistas sobre el último tramo del río Miño.

Además del vino, O Rosal presume de tener unos buenos aguardientes; el de O Rosal y Mirabeles. En la artesanía local descacan los objetos de mimbre, los juguetes hechos a mano y los instrumentos tradicionales gallegos.

La cima del monte de Santa Tecla, situado junto a la desembocadura del Miño, ofrece en días claros una amplia panorámica sobre las fértiles tierras del Rosal, la ría y el pueblo marinero de La Guardia, que soporta valiente el ataque de las olas.