Qué ver en A Guarda

A Guarda es una próspera villa oceánica, cuyos habitantes se ocupan de faenas marineras. El pequeño puerto, defendido por la roca de Xenete, despide y acoge cada día a los barcos que se dedican a la pesca de bajura y a la langosta. Los crustáceos de esta zona estan considerados entre los mejores del mundo.

Siguiendo la costa el viajero podrá ver, en lo alto de un promonitorio, el Monasterio de Oya, eclesiástica atalaya edificada en el siglo XII. De esta época quedan algunos restos románicos, aunque la iglesia actual es casi por entero gótica, con la fachada modificada en tiempos barrocos. Se cuenta que en el siglo XIII los monjes de este monasterio, expertos en las artes de la pirotecnia, lograron ahuyentar con explosiones de pólvora a los navíos de una escuadra turca que perseguía a dos barcos cristianos.

En su paisaje se combinan las gracias de los valles, con el río Miño como indiscutible protagonista, los imponentes montes litorales (monte Ferroso) y la grandeza del abierto océano Atlántico. Las riberas de intenso verdor, decubren o muestran, según la marea, grandes bancos semilunares de arenas, y mezclan las aguas fluviales que han recorrido media Galicia, con las del mar.

Dos bonitas playas en esta zona son la playa de Camposancos y la de Area Grande. Esta última se esconde en el fondo de una caleta. Cerca de ella, separado de la costa a menos de 100 m., esta el islote de Agoeiro, rocoso totalmente.