La ermita de la Cara de Dios se encuentra en el interior del pueblo, en una plazoleta.
Es una sencilla construcción del siglo XVIII, de espadaña barroca y rematada por una cúpula en forma de media naranja.
Dentro del retablo barroco está la imagen venerada: un trozo de lienzo de pared con un rostro pintado que, según la tradición, había aparecido milagrosamente dibujado al clavar un blasfemo su puñal en la pared.
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