Hervas

Qué ver en Hervas

(2 Opiniones)
Foto: Pepe Nogales

El núcleo está situado en el Valle del Ambroz. Estando enclavado en el término municipal en la ladera noreste de la llamada Sierra de Hervás o Tras la Sierra: desde las alturas de los picachos que se elevan sobre los 1.000 metros como Valdeamor, Pinajarro y los Dos Hermanitos hasta las vegas del núcleo. Con un importante desnivel que hace que el terreno sea quebrado y montañoso. Las laderas de las sierras son utilizadas para cultivos de olivar y cerezo mediante la construcción de bancales. Las crestas de las sierras y los terrenos de gran pendiente son improductivos o predomina el matorral. La localización del núcleo dentro de la famosa Ruta de la Plata ha favorecido las actividades económicas por la facilidad de penetración en la meseta norte por el puerto de Baños de Montemayor.

Bañan el territorio municipal el río Ambroz, Santihervás y Gallego. También se halla surcado por gran número de arroyos que proceden de las alturas montañosas.
El clima es de tipo mediterráneo continental templado. Aunque por el encajonamiento del núcleo se pueden producir fenómenos microclimáticos. La temperatura media anual es de 14,4ºC. Los inviernos suelen ser suaves y frescos, con una temperatura media de 7ºC, alcanzando las mínimas absolutas valores inferiores a -5ºC.
El verano es seco y templado con una temperatura media estacional de 22,6ºC y unas máximas absolutas que alcanzan los 39,1ºC. La precipitación media anual supera los 1.137,7 mm. Las precipitaciones, salvo en verano que es seca (74,4 mm), suelen repartirse por igual entre todas las estaciones (350 mm), destacando el invierno con 390,8 mm. La evapotranspiración potencial media supera los 873 mm.
La formación fisiognómica predominante en el estado natural es la Aestilignosa, caracterizada por la presencia de castañares (Castanea Vulgaris), robledales (Quercus robur), alcornocales (Quercus suber), junto a otras especies que componen el matorral: brezo (Erica arborea), madroñeras (Arbutus unedo), tojo (Ulex europeaux), aulaga (Genista scorpius), etc.


La tasa de actividad en 1986 es alta, 41 por 100. En la distribución por sectores no se aprecia un predominio del primario, que acoge al 25,6 por ciento de la población activa, en cambio en los servicios (40,7 por cien) tienen notable incidencia, como la industria (22,2 por cien) y la construcción (11,4 por cien).
La superficie labrada representa más de un 12 por cien del término municipal, de ella el regadío supone el 21,1 por cien. Los principales cultivos son el olivar para aceite (50 por cien) u mesa (13,3 por cien) y el cerezo (12,6 por cien). La estructura de la propiedad dominante es de tipo minifundista, el 89 por 100 de las explotaciones son menores de cinco hectáreas. Siendo uno de los núcleos con mayor número de motocultores de la región (59). Las especies arbóreas forestales representan el 47 por ciento del territorio y tiene una gran dedicación maderera, ganadera y cinegética junto con otras áreas conformadas en su mayor parte por matorrales y terrenos improductivos de sierra y pastos de montaña (1213 hectáreas). En cuanto al régimen de tenencia, la propiedad (32 por ciento) no destaca de igual modo que en la mayoría de los núcleos de la región; sin embargo, otros como consorciados, comunes, etc, tienen enorme importancia (62 por 100). Entre las 555 Unidades Ganaderas censadas sobresale el bovino (650) seguida de lejos por el porcino (84), el caprino (76), ovino (27) y aves (18). Existe una importante industria manufacturera (piel, etc), con más de 36 empresas. La construcción (27 empresas) junto con la actividad comercial-hostelera completan los principales generadores de empleo.


Hervás es una población situada en el norte de la provincia de Cáceres, a 120 kilómetros de la capital, en la falda de la Sierra, junto a la antigua Vía de la Plata. Su emplazamiento paisajístico es privilegiado y el atractivo del conjunto urbano es muy notable, tanto por sus edificios histórico-artísticos, como por textura y trazado urbano popular y tradicional.
Se atribuye el origen de este núcleo al establecimiento de unas tribus en torno a tres ríos: Ambroz, Santihervás y Gallego, fundándose con el patronazgo de San Gervasio y San Protasio, que darían nombre al pueblo. Si bien hay quien atribuye éste a la raíz latina de "hierba".

Tuvo castillo de la Orden del Temple en tiempos de la Reconquista y era una aldea de Béjar. Ambos, Béjar y Hervás, pasaron a depender del Señorío de Los Zúñiga, Dúques de Béjar, hasta que en 1816, por concesión del Rey Fernando VII, fue declarada Villa Libre y cabeza de una jurisdicción que antes estuvo sujeta a Granadilla, "por tener todas las proporciones para ser uno de los pueblos más felices del reino", según consta en el Real Privilegio de Exención y Villazgo.
Hervás es un pueblo rico en producción maderera y frutícola, siendo actualmente un lugar de gran aceptación para el turismo veraniego.
Destacan en su conjunto dos edificios singulares: la iglesia parroquial de Santa María y la de San Juan Bautista, hoy parroquia, antes iglesia del convento de Trinitarios.
La iglesia de Santa María, o Santa María de la Asunción de Aguas Vivas, está situada en el punto más alto de la Villa, que ocupara por privilegio estratégico el antigua castillo o fortaleza antes citado, como lo demuestran restos de muralla que en parte rodean la iglesia y la zona más antigua de la torre.
Es un edificio de mampostería y sillería granítica, con torre de planta cuadrada en la cabecera, también de sillería y que fue construida en varias fases. De la primitiva, en el siglo XIV constan algunos elementos medievales, como una ventana gótica con arco coloquial. Sobre aquélla se levanta un segundo cuerpo del siglo XVII, en donde aparecen labrados dos escudos de los Duques de Béjar.
Sobresale por su interés artístico la portada principal, al sur, de cantería y de traza clasicista de la primera década del siglo XVII, con muchos elementos manieristas. La puerta es de medio punto moldurada, con ménsula en la clave y sillares rehundidos poligonales. La flanquean cuatro columnas de orden dórico-compuesto sobre altos plintos y fustes acanalados en sus dos tercios superiores; el entablamento, con triglifos y metopas, lleva inscritos versículos. Encima hay frontón triangular partido y quebrado, que alberga un relieve con la azucena simbólica de la Virgen. En los laterales del frontón sobresalen plintos con bolas y en el eje superior de la portada hay un escudo central del obispo que propició la fábrica.
El interior, de una nave cubierta por bóveda de cañón con lunetos y dividida en cuatro tramos por arcos fajones, es de sillería sobre pilastras toscanas. La cabecera es de planta cuadrada cubierta por bóveda vaída. El antiguo retablo mayor barroco, que describe Mélida, fue quemado en la Guerra Civil, existiendo hoy otro también barroco, más sencillo.
En el último tramo hay dos capillas con acceso en arco de medio punto limitados lateralmente por pilares adosados. En el lado de la epístola está la capilla de Nuestra Señora de las Angustias, de planta cuadrada y cúpula sobre pechinas, con decoraciones barrocas. En el lado del evangelio hay una capilla rectangular con bóveda de arista.
La iglesia de San Juan Bautista, al sureste de la Villa, con atrio muy desarrollado ante una amplia plaza, pertenece al antiguo convento de los Padres Trinitarios que fundaron Don Juan López Hontineros y Doña María López Burgalés, en 1664. La fachada, a los pies, repite fórmulas postherrerianas de la arquitectura castellana de las primeras décadas del siglo XVII, es decir, del barroco de los Austrias, si bien las portadas demuestran mayor interés decorativo, como corresponde a la mitad del siglo, influidas por el tratado de Fray Juan Ricci. Se trata realmente de una réplica muy fiel de la portada de la iglesia de San Nicolás en Valladolid, antigua de los Padres Trinitarios Descalzos, que estaba concluida en 1640.
Es de ladrillo pintado de rojo, mampostería y sillería granítica en portadas, molduras, pilastras y esquinas. Se divide en un cuerpo central marcado por la verticalidad, flanqueado por dos pilastras y coronado por frontón triangular con tableros y óculo en el centro; los vértices laterales se coronan con plintos y bolas. En el muro central se abre marcando el eje, una ventana rectangular que da al coro y la portada principal. Ésta es adintelada con jambas, pilastras fajadas en resalte y un frontón con triglifos y metopas. Una cornisa sustenta una hornacina, con pilastras coronadas por ménsulas y un frontón curvo que alberga la escultura de un ángel protector. A los lados, dos volutas unen esta hornacina con dos escudos de los Duques de Béjar. Encima, formando pirámide, está el escudo de los Trinitarios.
Los cuerpo laterales más bajos, se unen por aletones cóncavos laterales terminados en plintos y bolas; tienen dos óculos, separación de cornisas y ventanas rectangulares, bajo las cuales, siempre marcando un eje vertical, están las portadas adinteladas con jambas y dinteles fajados, más los escudos de la Orden Trinitaria encima. En la fachada lateral del evangelio, sobresale una espadaña de dos pisos.
El interior de la iglesia consta de una nave central de cuatro tramos y dos laterales más bajas, con capillas hornacinas, comunicadas con la central por arcos de medio punto sobre pilastras y por vanos entre los contrafuertes. Tiene crucero, que no sobresale del muro de capillas, y cabecera recta, más estrecha al corresponder solamente al espacio de la nave central. El sotocoro, sobre arco carpanel y bóvedas de cañón con lunetos, corresponde a la nave central, estando los laterales cerrados para dependencias. Es un tipo de planta muy común de las iglesias congregacionales.
La cubierta es de bóveda de cañón con lunetos en la nave central, bóvedas de cañón con lunetos y bóvedas de arista en las capillas laterales, cúpula semiesférica sobre pechinas en el crucero y bóvedas de cañón con lunetos en los brazos del crucero y cabecera.
Los soportes de muros son pilastras toscanas con un entablamento corrido de trigrifos y metopas y cornisa. Todo está pintado y decorado con yeserías, pintura a base de tableros y ornamentos geométricos, junto al anagrama insistente de los Trinitarios y su escudo.
Hay que señalar especialmente los retablos, mayor y laterales, del crucero. Son barrocos del siglo XVIII, de excelente dorado y calidad general. Tienen complicados y múltiples estípites a distintas alturas, confeccionando un abigarrado decorado para albergar las hornacinas con imágenes de talla policromada. En el retablo mayor: la Santísima Trinidad y la Coronación de la Virgen, el Ángel Redentor de Cautivos, San Juan Bautista, San Inés y Santa Catalina, San Felipe de Valois y San Juan de Mata (Santos Trinitarios). En el colateral del evangelio, Santa Teresa y Nuestra Señora de Gracia con el Niño. En el colateral de la epístola, San Agustín y San José con el Niño.
En el lado de la epístola, sobre la puerta de la Sacristía, en el crucero, hay un cuadro barroco interesante que representa la Coronación de la Virgen. En las capillas laterales del lado de la epístola, se encuentran el altar baldaquino del Santísimo Cristo del Perdón, que destaca por el aparato arquitectónico-escultórico organizado: columnas salomónicas y cuatro arcos de medio punto, coronamiento con balaustrada y cúpula superior; todo se ornamenta con relieves dorados. Dentro se alberga un altar con la imagen de talla policromada del Cristo. En el resto de las capillas hay retablos con pinturas e imágenes de diversa calidad.
Otro edificio interesante es el palacio de los Dávila, que en la actualidad alberga el museo del escultor Enrique Pérez Comendador, nacido en Hervás. De estilo barroco dieciochesco, tiene una importante fachada de sillería de gran horizontalidad, rematada por cornisa de molduras sobrevoladas y coronada por un frontón triangular sobre el cuerpo central; tiene un zócalo de sillares sobre el que se levantan pilastras en las esquinas. El vano de a puerta es adintelado, como el de las ventanas laterales, que están enrejadas. El piso noble es notable por los balcones sobre ménsulas o canes muy decorativos.
El Ayuntamiento ocupa la antigua Enfermería del Monasterio Franciscano de la Bien Parada; es una construcción del siglo XVII avanzado o del XVIII. La portada exterior y las interiores del zaguán son adinteladas, de cantería, con distintas soluciones ornamentales. Es interesante el patio interior, cuadrado, de pequeñas dimensiones pero muy armonioso, con ocho columnas ventrudas toscanas, de piedra, sobre altos plintos prismáticos. Se compone de arcos de medio punto en el piso bajo claustrado y escarzanos sobre pilastrillas enlazadas por antepecho liso en el piso alto, también abalaustrada. A éste se accede por una escalera de piedra.
Hay además unos curiosos pilares, con zapatas encima, que según Mélida proceden de la derruida ermita de La Magdalena, que han sido aprovechados para soportales de la antigua plaza de La Corredera. Son seis, octogonales, de piedra granítica, con basas prismáticas de punta cuadrada y punta piramidal. Están cubiertos por curiosos relieves con distintos motivos figurativos: un moribundo en una cama asistido por un ángel y amenazado por una serpiente, ante lo que se interpone San Miguel; un escudo con las llaves de San Pedro y una inscripción dudosa, con atlantes y estrellas a los lados; un sol, luna, estrellas, figuras de guerreros y lagartos; y tres figuras de mono.
Pero hay que añadir el interés especial que ofrece la arquitectura popular de Hervás, que se halla principalmente reunida en el núcleo más arcaico o barrio judío, denominado así atendiendo a su tradición histórica, topónimos de las calles, estructura excepcional, etc... También se encuentran restos en otras calles del restante espacio urbano, como Centiñera, De la Cuestecilla, etc... con edificios bien conservados que siguen la misma tipología popular, correspondiente a las casas de entramado del Sistema Central, tan abundantes en las cercanas comarcas del Valle y de la Vera así como La Alberca.
Es perceptible la abundancia de madera en los alrededores (pino, nogal, roble, castaño), por lo cual ésta es utilizada en los aleros, balcones secaderos corridos, galerías superiores, entramados de muros, vigas, etc... aparece mezclada con la piedra, el ladrillo, tapial y adobe en las edificaciones.
Las casas suelen alcanzar bastante altura, disponiéndose en tres plantas; a menudo, una de sus paredes aparece cubierta por tejas pegadas en vertical o superpuestas y dejadas a la vista o cubiertas por la cal. Otras veces estos muros, sujetos a la inclemencia del tiempo (lluvia y nieve), van cubiertos por planchas de madera plana, unidas escalonadamente formando una tablazón para proteger el adobe. Además, es frecuente encontrar el piso superior en voladizo sobre portales con pies derechos de madera.

El barrio judío se encuentra situado al noreste, en el terreno más abrupto y desnivelado. Ciertamente hubo población judía en Hervás, como documentan José Luis Lacave y otros especialistas, refiriéndose sobre todo al siglo XV; y son famosos los nombres de los hermanos y familias Cohen, Haben Haxiz, Rabi Samuel y Bellida la Rica. Sin embargo, no hay que olvidar, a pesar de la popularidad de este núcleo por conservar un conjunto urbano tan tradicional y coherente, que hubo otras juderías mucho más importantes y mejor documentadas demográfica e históricamente que ésta, aunque no ha pervivido en ellas tanto la pantalla cultural que hace resurgir ese recuerdo étnico. Es indudable que después del Decreto de expulsión, Hervás perdería mucha población judía por el alejamiento de la frontera portuguesa, en torno a la cual marcharon la mayoría de las familias.
Las casas aquín son también de dos y tres plantas, la más alta frecuentemente en saledizo, con aleros, entramado con madera con ladrillo o tapial, tejas o tablones laterales, etc. Las calles son angostas y con recovecos, con fondos de saco y pasos entre calles muy estrechos y cubiertos por edificación. Todas ofrecen un atractivo singular y su conservación es bastante buena. Algunos nombres serían la calle del Moral, la del Rabileros, Sinagoga, etc...; de esta última sólo queda el nombre.
Por último, la población de Hervás conserva varias fuentes de granito distribuidas por sus espacios abiertos y que añaden pintoresquismo, además de su funcionalidad. Fuera de la Villa, a la salida de la judería, hay un puente sobre el río Ambroz, que es de un sólo ojo, con arco rebajado de sillares graníticos y el borde superior a dos vertientes. En la mitad del pretil hay una curiosidad, que es una estatua sepulcral de granito, yacente, que representa a un caballero con armadura y espada; la cabeza de melena suelta descansa en un cojín. Parece ser de la familia Carvajal y procedería de la iglesia de Santa María.

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Opiniones sobre Hervas

Maria Luisa Martin
Visitar El pueblo de Hervas es muy relajante y alegra todos los sentidos.
01/04/2019 00:31
Maria Luisa Martin
Hervas es un bonito pueblo que no deberíamos de pasar por alto y adema tiene la Calle mas estrecha de España .un pueblo con encanto para recirrer sus bonitas calles y disfrutar de las buenas vistas que ofrece al visitante
01/04/2019 00:23


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