Desde el primer contacto con la propiedad, Mª Eugenia, todo sobre ruedas. Mucha disponibilidad para hacernos una estancia maravillosa.
La bienvenida a la casa muy cálida. Aspecto que se agradece teniendo en cuenta que el salón comunica con su vivienda por una puerta.
Todo comenzó a torcerse cuando el 1 de enero no hubo agua caliente para la ducha de la mitad de nosotros (13 adultos y 1 bebé), entró agua por las ventanas en dos habitaciones y goteras en la buhardilla debido a la lluvia.
La calidez y hospitalidad de la propietaria dieron paso a malas caras, gestos y comentarios desafortunados ante nuestras peticiones y buena disponibilidad para solucionar esto y otros detalles: falta de calefacción (queja también de los anteriores inquilinos), falta de papel higiénico, etc.
A la hora del pago y debido a los arreglos a los que tenía que enfrentarse (opinión personal), se echó atrás ante la palabra dada en sus ofrecimientos queriendo cobrar lo que no correspondía.
Nos fuimos tristes y con sensación de engaño.
La bienvenida a la casa muy cálida. Aspecto que se agradece teniendo en cuenta que el salón comunica con su vivienda por una puerta.
Todo comenzó a torcerse cuando el 1 de enero no hubo agua caliente para la ducha de la mitad de nosotros (13 adultos y 1 bebé), entró agua por las ventanas en dos habitaciones y goteras en la buhardilla debido a la lluvia.
La calidez y hospitalidad de la propietaria dieron paso a malas caras, gestos y comentarios desafortunados ante nuestras peticiones y buena disponibilidad para solucionar esto y otros detalles: falta de calefacción (queja también de los anteriores inquilinos), falta de papel higiénico, etc.
A la hora del pago y debido a los arreglos a los que tenía que enfrentarse (opinión personal), se echó atrás ante la palabra dada en sus ofrecimientos queriendo cobrar lo que no correspondía.
Nos fuimos tristes y con sensación de engaño.