Una estancia inolvidable. El hotel, un antiguo convento, te acoge y envuelve nada más llegar. El entorno espectacular, en el corazón de Cantabria. Inmejorable la atención de Eduardo y su mujer. Siempre atentos a hacer tu estancia agradable y pendientes de lo que puedas necesitar. Un lugar para volver, sin duda.
Debemos agradecer su ayuda espontánea y desinteresada. Gracias.
Este palacio del s.XVII, es un palacio con alma, la de sus regentes, Maru y Edu.
El palacio es precioso, decorado con mucho gusto y muy comfortable, un oasis de tranquilidad.
Maru y Edu se desviven por hacerte la estancia lo mas agradable posible, te sientes como en casa, para ello cuentan con la ayuda inestimable de Rosalia, que tb es encantadora.
Edu es el chef del restaurante Boudica, las creaciones de este alquimista de la cocina son indescriptibles para el paladar. Para la gente que disfruta de la buena cocina, es una cita ineludible pasar por aqui, y sus precios son muy asequibles.
Ha sido maravilloso, estar alojados en el palacio, y sobre todo conocer a estas tres maravillosas personas.
Totalmente recomendable.
Debemos agradecer su ayuda espontánea y desinteresada. Gracias.