Trato muy profesional y atento de David y Hamilton. Instalaciones muy tranquilas y comodas al estar a las afueras del pueblo y posibilidad de degustar excelentes platos de cocina portuguesa en el restaurante del mismo complejo pero no descuidarse para reservar.
Las casas son muy acogedoras, están limpísimas y hay mucha tranquilidad. El jardín que rodea las casitas es una preciosidad y se puede disfrutar tanto de noche como de día. La única pega quizá es que la nevera de la casa para dos personas es un pelín pequeña.
La localización es estupenda, ya que está en las afueras de Turégano (con un castillo muy recomendable) y a media hora de emplazamientos emblemáticos de la provincia de Segovia (Pedraza, Las Hoces del Duratón o la propia Segovia).
Como puntazo a favor: admiten perros. Y tienen barbacoas!
He de decir que aunque tienen aire acondicionado, no lo hemos necesitado porque están muy bien aisladas y se estaba muy fresquito. Repetiremos para probar la chimenea!