La casa es una preciosidad. Bien equipa, nueva y limpia... muy acogedora. La dueña super amable. El pueblo no tiene gran cosa, pero el entorno es alucinante. Es un mar de pinos a nuestros pies. Pasear en otoño es espectacular. Rutas desde aquí por la zona fáciles y de extraordinaria belleza, y el Desierto Escondido es curiosísimo...