Estuvimos en Semana Santa del 2014. Fuimos con nuestro hijo de 4 años y el trato fue inmejorable. Como si fuéramos de la familia. Mi hijo cogió huevos de las gallinas, estuvo viendo la preparación de las brasas...
La casa decorada con gusto, acogedora, limpia. Las habitaciones diferentes. Nosotros nos alojamos en la del tren porque a nuestro hijo le encantan. Dejan a disposición cocina equipada, nevera y lavadora para uso propio.
Y la comida hecha por ellos riquísima, muy buena calidad y con productos de proximidad y algunos ecológicos. Nunca había probado un chuletón hecho a la brasa como el que nos sirvieron y eso que tengo familia gallega. Los desayunos caseros (mermeladas, dulces tradicionales...), tés ecológicos..., la verdad que muy completos.
La casa decorada con gusto, acogedora, limpia. Las habitaciones diferentes. Nosotros nos alojamos en la del tren porque a nuestro hijo le encantan. Dejan a disposición cocina equipada, nevera y lavadora para uso propio.
Y la comida hecha por ellos riquísima, muy buena calidad y con productos de proximidad y algunos ecológicos. Nunca había probado un chuletón hecho a la brasa como el que nos sirvieron y eso que tengo familia gallega. Los desayunos caseros (mermeladas, dulces tradicionales...), tés ecológicos..., la verdad que muy completos.
Totalmente recomendable. Volveremos.