El entorno es una maravilla porque hay multitud de rutas por la montaña y el paisaje es precioso en todas ellas. Pero fue la casa y, sobre todo, su dueña Rosa, lo que nos sorprendió gratamente. La casa es impresionante, todavía mejor en realidad que en fotos. Tiene todo lo necesario para una estancia acogedora. Y Rosa es un encanto, siempre atenta a lo que pudiésemos necesitar. Tuvo muchos detalles con nosotros y nos informó de todo. Una maravilla. Totalmente recomendable. Volveremos. Seguro.