Agustin hizo nuestra estancia en Navarra una delicia. Nos recibió con brazos abiertos y nos hizo sentir en nuestra casa. La casa es muy acogedora y está limpia, con un porche y jardín que hará las delicias de aquellos que disfruten del vino bajo el cielo nocturno y el fuego de la barbacoa. La casa es grande y decorado con gusto. Si volvemos a Navarra, no dudaremos en llamar a la puerta de Agustin.