En los últimos días de Junio hicimos - un grupo de 4 amigos - una escapadilla a Calar de la Santa. Estuvimos en 'Casa el Zorro' y quedamos encantados. A nivel personal, el viaje fue una experiencia muy bonita. Experimentar, compartir (tratar de evitar mosqueos jajajaja!)... Ahora queda en mi recuerdo como una oportunidad maravillosa.
La tierra en que se encuentra Calar de la Santa es mágica, de verdad. Hay que ir y verla: los paisajes siempre cambiantes - a ratos espectaculares, siempre bonitos - las aldeítas aquí y allá... justo antes de llegar a Calar, nos recibieron al pie de la carretera tres buitres enoooormes... una pasada. El contacto que tuvimos con los paisanos siempre genial: todo el mundo dispuesto a echarte un cable siempre... aunque supongo que esto es la tónica más que general siempre que viajamos!
El pueblecito es encantador, y la casa es preciosa. Desde el primer segundo me sentí - nos sentimos, creo - como en casa. Es acogedora y bonita, cómoda y tranquila, tiene todo lo que necesitas... genial. Los caseros son sencillamente maravillosos: hospitalarios como ellos solos, súper-amables, accesibles, generosos... quedamos encantados. Personalmente os puedo decir que me siento agradecido de corazón con todos los miembros de la familia con los que traté.
En fin, una experiencia fantástica... os la recomiendo a todos!!!!
La tierra en que se encuentra Calar de la Santa es mágica, de verdad. Hay que ir y verla: los paisajes siempre cambiantes - a ratos espectaculares, siempre bonitos - las aldeítas aquí y allá... justo antes de llegar a Calar, nos recibieron al pie de la carretera tres buitres enoooormes... una pasada. El contacto que tuvimos con los paisanos siempre genial: todo el mundo dispuesto a echarte un cable siempre... aunque supongo que esto es la tónica más que general siempre que viajamos!
El pueblecito es encantador, y la casa es preciosa. Desde el primer segundo me sentí - nos sentimos, creo - como en casa. Es acogedora y bonita, cómoda y tranquila, tiene todo lo que necesitas... genial. Los caseros son sencillamente maravillosos: hospitalarios como ellos solos, súper-amables, accesibles, generosos... quedamos encantados. Personalmente os puedo decir que me siento agradecido de corazón con todos los miembros de la familia con los que traté.
En fin, una experiencia fantástica... os la recomiendo a todos!!!!