Estupenda, tranquilisima, super limpia, con todas las comodidades y con un equipamiento completisimo. Los dueños son amabilisimos, nos estaban esperando y nos regalaron unas madalenas caseras buenisimas y un queso de su pueblo que tambien estaba muy bueno, al día siguiente de buena mañana nos dejaron leña para la chimenea. Ojala volvamos. Como vereis volvimos encantados de la vida.