Por medio de un familiar hemos conocido la Casa Zamora, se trata de un cortijo familiar con muchísimo encanto. Es genial porque nos permitió juntarnos a todos los amigos, que no somos pocos, y tener una casa para nosotros solos con piscina, barbacoa...en fin, una maravilla. La anfitriona es simpatiquísima y ha estado atenta en todo momento.