Estuvimos cuatro noches 5 personas. Una casa del siglo XIX, amplia y magíficamente restaurada así como dotada de todas las comodidades para hacer vida en ella sin olvidar o respetando el lugar que ocupa dentro de un entorno rural y a escasos metros del centro del municipio. Por las mañanas o al amanecer nos despierta el canto de los pájaros. El dueño y restaurador de la casa tiene mucho que ver con la paz y tranquilidad que disfrutamos. Gran parte del mobiliario es de principio del siglo pasado o final del XIX. Pero lo que es más agradecemos es el conjunto arquitectónico de la casa. Supieron respetar y recuperar la simbología que llevó a sus primeros moradores construirla. Su ubicación y orientación son estupendas para disfrutar del día y de la noche.
Solo echamos en falta una conexión wifi que sustituimos acudiendo a la Biblioteca del municipio. Un lugar pequeño con población escasa -si la comparamos con otros lugares poblados de la isla (Morro Jable, Puerto Cabras o Corralejo).
Fuerteventura es una isla muy bien comunicada por carretera, así que ocupando una zona central en la isla, Pájara es ideal para moverte por la isla y disfrutar del silencio al regreso a esta casa que tiene su encanto y comodidad. La recomendamos sin dudas pero solo si de verdad aprecias los valores que subyacen a esta valoración.
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