Nos alojamos 4 días es esta casita rural, mi chico y yo. Estuvimos realmente bien allí, la gente es estupenda, la isla impresiona de veras y la casa es perfecta para una escapadita de relax, con sus desayunos en el porche viendo el mar y disfrutando del sol. El dormitorio es muy especial, todo de madera y muy cómodo. Al llegar teníamos de regalo una botellita de vino tinto de la isla. Todo detalles, un placer.