Estuvimos el fin de semana del 15 al 17 de enero de 2016 y fue una estancia tranquila y romántica. El trato es muy cercano y la casa muy acogedora. El spa precioso. Tanto los desayunos como la cena buenísimo todo. La cata de vinos muy divertida y amena. Gracias a María y a sus chicas por una estancia de lo más especial!