Nos fuimos en julio a Robledillo de Gata con un grupo de amigos, alojándonos en el Mirador de Robledillo. Tres días perfectos, el entorno, la casa increible. El trato ha sido buenísimo, son encantadores. La casa muy limpia y estancias muy confortables para horas de charlas y risas. Nos enamoramos de ella, deseando volver.