Somos un grupo de amigos todos con niños y hemos ido ya tres veces. Estamos encantados. Es un sitio precioso y las instalaciones son muy completas y están en muy buen estado.
Y donde creo que la casa rural tiene un valor añadido difícil de encontrar es sus dueños. Sonia y Gustavo son dos personas encantadoras que hacen tu estancia muy agradable. Sin exagerar, te hacen sentir como en casa. Sonia cocina estupendamente y desde luego que es imposible quedarte con hambre. Y ya para colmo tienen dos hijos encantadores.
De nota, un diez merecido.
Y donde creo que la casa rural tiene un valor añadido difícil de encontrar es sus dueños. Sonia y Gustavo son dos personas encantadoras que hacen tu estancia muy agradable. Sin exagerar, te hacen sentir como en casa. Sonia cocina estupendamente y desde luego que es imposible quedarte con hambre. Y ya para colmo tienen dos hijos encantadores.
De nota, un diez merecido.