Hemos estado en familia, este último puente, ocupando dos cabañas y sólo puedo decir que no hemos podido estar mejor. Raquel, la propietaria, gestiona tanto la web, como los emails, como los alojamientos, de forma rigurosa y sumamente eficaz. En las Cabañas del Cortino, no falta ningún detalle para que te sientas "como en casa" pero lejos de la misma. Instalaciones perfectamente limpias, con extras como radio, tele, microondas, una maravillosa ducha, sábanas y toallas impecables, y menaje absolutamente a prueba de las necesidades más exigentes. Por otra parte, la ubicación de las Cabañas, en las inmediaciones del Pantano de Almendra, y en pleno corazón de los Arribes del Duero, hace que la estancia en Monleras transcurra trepidantemente. Nos han faltado días. Es un lugar para recomendar y para volver, sin duda. La zona de los Arribes del Duero, colma las expectativas tanto de los amantes de los vestigios vetones, con sus Castros, como de los amantes de la geología, la botánica, las aves y todas las expresiones de la Naturaleza, que conviven en profusión y perfectamente integrados. A Raquel un 10, a las Cabañas otro 10 y a los Arribes del Duero, la promesa firme de volver.
Raquel extraordinaria persona. La cabaña muy bonita, muy bien cuidada y muy limpio todo no le falta detalle tienes todo lo que necesitas.dimos muchos paseos en bici.la zona preciosa.La gente muy amable,el queso y el hornazo exquisito.
El paraje es precioso, las cabañas un lujo. Todo un acierto. Somos dos adultos con dos niños pequeños y ha sido un gran fin de semana. Raquel, la propietaria, es un encanto que pone facilidades en todo.
Estuvimos a finales de agosto, pareja con 2 niñas de 13 y 10 años. Las cabañas no pueden estar mejor, limpísimas, y tienen de todo, el entorno es muy bonito, el pueblo tiene una plaza, con teatro e iglesia, maravillosa. Raquel es muy atenta y simpática.
Fui con mi pareja a pasar un fin de semana y fue estupendo. La cabaña es muy acogedora y tiene todo lo necesario y lo que una casa debería tener. Además todas las ventanas tienen mosquitera así que los mosquitos no entran en casa y eso se agradece.
La dueña es muy agradable y nos dio una calurosa bienvenida e informándonos de todas las actividades podemos hacer por la zona y que sitios visitar.
Esta situado en la zona de los Arribes del Duero, una zona con mucha vegetación (incluso en verano) y con una grandes vistas. Además hay playas fluviales y una piscina en un pueblo cercano.
En general, fue un fin de semana estupendo y seguro que repetiremos la experiencia.