Un sitio maravilloso, el entorno precioso, las cabañas amplias, limpias y equipadísimas. Boro, que es el que lo gestiona, es encantador, siempre con la sonrisa y ayudando en todo lo que le pidas. Isabel, la dueña, lo mismo, siempre haciendo las reservas fáciles. El año pasado estuvimos gran parte de la familia (desde 83 años hasta 4 meses de edad, ocupando 6 cabañas), este año acabamos de estar ocupando 4 y el año que viene y sucesivos repetiremos esperando llenar las 9 cabañas. Muchísimas gracias por todo y nos vemos... el año que viene!!!