Día de los Santos Inocentes y bromas más populares

28 Dic 2012 Beatriz Rodríguez Sin Comentarios

En algunos puntos de España, como País Vasco, Andalucía, Cataluña, Baleares, Galicia, Navarra y Castilla y León, hoy se celebra el Día del Obispillo, que consiste en la investidura de uno de los niños de la escolanía de una catedral o abadía como máxima autoridad. En Barcelona, por ejemplo, se celebra el 6 de diciembre, día de Nicolás de Bari (patrón de los niños).

Sin embargo, la celebración más popular el 28 de diciembre invita a andarse con ojo: si bajas la guardia puedes encontrar un monigote pegado en tu espalda. Y es que son muchos los que aprovechan este día para agudizar su ingenio y gastar bromas (o inocentadas) allá por donde van.

Día de los Santos Inocentes

El Día de los Santos Inocentes tiene su origen en la matanza de todos los niños menores de dos años nacidos en Belén, para deshacerse del recién nacido Jesús de Nazaret. Según el evangelio de San Mateo, cuando Herodes se enteró de que los Reyes Magos se dirigían a Belén a adorar al Mesías, por miedo a perder su trono y al no saber cuál de todos los niños era Jesús, ordenó matar a todos los que tenían menos de dos años.

A pesar de lo trágico del suceso, lo cierto es que ha terminado convirtiéndose en un día para divertirse tomándole el pelo a la gente, quizás por el hecho de que durante muchos años Herodes creyó haberse deshecho del Niño Jesús.

Además del clásico monigote en la espalda, hay muchas inocentadas para hoy. Puede que no te enseñemos ninguna nueva, puede que sí, puede que te ayudemos a no morder el anzuelo… Quién sabe, conocerlas nunca está de más.

  • Cambiar azúcar por sal. Puede que hayas conseguido librarte de ella, porque el desayuno es el momento ideal para gastar esta broma. Imagina la cara del inocente al saborear un ‘delicioso’ café con sal. No hay palabras.
  • La moneda imposible de coger. Cuando uno se encuentra una moneda o billete en el suelo, suele agacharse para cogerla. Pero ¿qué pasa si la moneda está pegada en el suelo? ¿Y si el billete está atado a un hilito del que tiras y tiras y tiras? Pues pasa que hacerse con ellos se complica.
  • Cambiar la hora del reloj. Basta con levantarte un poquito antes y cambiar todos los relojes. Siempre es mejor adelantarlo y que la víctima llegue a todas partes antes de tiempo, pero eso es decisión del bromista.
  • La maleta pesada. Tienes dos opciones: que tu maleta sea realmente pesada y que el alma caritativa que se ofrezca a ayudarte apenas pueda levantarla del suelo, o fingir que es muy pesada, para que nuestro ayudante se disponga a cogerla con todas sus fuerzas y se lleve la sorpresa.
  • La puerta que no se abre. Solo necesitas colocar una cuerda en el pomo y atarla a un punto fijo para que tu víctima no pueda salir de la estancia en que se encuentra.
  • Sustos. Esconderse detrás de la puerta, salir de la nada, actuar con las luces apagadas… ¡Cualquier rincón puede ser el escenario perfecto para dar un buen susto!
  • Bromas telefónicas. El registro de bromas es amplísimo: desde la imposición de una multa, hasta la notificación de un pedido no realizado. ¡Deja volar tu imaginación!

Para rematar la faena, puedes recurrir a los muchos establecimientos en lois que se venden artículos de broma: cigarrillos de mentira, cojines con ventosidades, manos falsas, cubitos de hielo con mosca incluida… Vamos, que si eres bromista dispones de todo lo necesario para pasártelo como un enano, ¿cuál ha sido tu mejor broma? Si sueles estar al otro lado, a ti, víctima, solo podemos decirte una cosa: ¡inocente!, ¡inocente!

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