Casas rurales con Historia

Nobleza, monarcas, incendios, enfermos… Son historias y personajes que han ocurrido o habitado durante muchos años en antiguos palacios y hospitales. Muchos de estos lugares ahora forman parte de los edificios abandonados y misteriosos de los pueblos, esos a los que los jóvenes van a hacer botellón o a contar historias de miedo. Pero por fortuna, otros han corrido mejor suerte y su presente se asemeja a su pasado: acoger en su interior a personas de paso en búsqueda de tranquilidad. Hemos seleccionado algunas casas que por sus antecedentes o por situarse en un pueblo histórico, pueden resultarte atractivas. Atento.

Torre Maestre (Villar y Velasco, Cuenca)

Los palacios y grandes mansiones nobles no siempre están en las ciudades. La nobleza también encontraba en los pueblos una excelente opción para desconectar de sus problemas, de acercarse a otra vida diferente a la que estaban acostumbrados, aunque sin por ello, renunciar a sus grandes lujos. Por eso, ahora muchos alojamientos se levantan sobre antiguas construcciones con siglos de historia. En este caso el hotel Torre Maestre, una edificación perteneciente al siglo XVII en la que se dice, fue la residencia del Maestre de la Orden de Santiago. En su restauración los propietarios han tratado de conservar la esencia de la antigua construcción, mezclándolo con pequeños detalles modernos donde se impregna el aroma y la tradición de la Alcarria.

El Posito (Hita, Guadalajara)

Quien sea de la zona o de las provincias limítrofes, sabrá que Hita es uno de los pueblos que más visitas recibe de Guadalajara. Se trata de un pueblo pequeño (no llega a los 400 habitantes) pero que sigue conservando la esencia de antaño. Y cada año lo demuestran con uno de los encuentros más importantes de la región, el Festival Medieval, una fiesta de Interés Turístico Nacional celebrada durante el primer sábado del mes de julio. En esta fecha, el pueblo multiplica sus habitantes, llenándose de curiosos que asisten a la lucha de caballeros y sobre todo a la batalla que enfrenta a don Carnal y doña Cuaresma en el Libro de Buen Amor del Arcipreste de Hita.

Hostería El Pomar (Alfoz de Lloredo, Cantabria)

Y continuamos en el siglo XVII porque en Alfoz de Lloredo, sigue en pie un antiguo palacio señorial, con un estilo montañés muy particular que lo convierte en el lugar perfecto para una escapada rural. Su historia hizo de ella en primer lugar una posada de postas que unía Oviedo con Santillana del Mar donde los caballeros hacían parada antes de continuar con su viaje hasta la localidad cántabra. Pero posteriormente se convirtió en un palacio señorial del que aún quedan muchos vestigios como su fachada empedrada y una decoración adaptada al estilo y el carácter de la construcción.

La Quinta Roja (Garachico, Tenerife)

Una historia muy curiosa es la que tiene esta casa. No es ni un palacio ni una antigua mansión señorial, en el siglo XVI fue una antigua fábrica. Llama la atención que desde que se levantó, ha tenido bastante relación con el fuego. La primera vez en 1706, aunque no implicada directamente, sí que sufrió algunos daños debido a la erupción del volcán isleño. Pero lo que la lava del volcán no pudo destruir, un incendio en la casa, unos años después obligó a su reconstrucción por completo. Desde entonces, una parte de la vivienda estuvo ocupada por unas monjas que habitaron en ella mientras su convento estaba en construcción.