4 masías con encanto de las que no querrás salir

Las masías tienen un encanto especial. La robustez de su construcción, la calidez que trasmiten y la historia que se lee en cada una de sus paredes, de sus rincones, son algunas de las razones por las que nos tienen completamente enamorados. Hoy hemos hecho una difícil selección de cuatro masías en Girona de las que no nos gustaría salir ni un solo momento.

Masía La Palma (Espinavessa, Girona)

Para saber más sobre la Masía La Palma es imprescindible retroceder en el tiempo, volver al año 1830. Desde entonces la casa ha formado parte del paisaje de Espinavessa. Inmune al paso del tiempo, se encuentra rodeada de amplios jardines verdes que hacen de ella un pequeño palacete en medio de la naturaleza. Ya en su interior, aunque con algunas habitaciones más modernas, han sabido conservar el espíritu de la tradición, combinándolo además con instalaciones de relax como el Spa, del que quien lo prueba, dice salir como nuevo. Habrá que ir, ¿no?

El Racó de Madremanya (Madremanya, Girona)

Aunque levantada desde el siglo XVII, esta antigua masía conocida como el Racó de Madremanya ha sabido adaptar a la perfección sus instalaciones para que el turista del siglo XXI pueda disfrutar de una estancia completamente cómoda. Las habitaciones además de transmitir tranquilidad y descanso, han sido decoradas con mucho mimo, eligiendo un mobiliario acorde con la construcción. Un lugar sin duda que por muchas expectativas que te hagas, siempre acaba sorprendiendo. Con un estilo diferente en cada una, sus propietarios lograrán que te sientas en un lugar totalmente único, pensado exclusivamente para vosotros…

La Calma de Rita (Esponella, Girona)

Después de ver La Calma de Rita, no queda más remedio que enamorarse de él. Sus habitaciones transmiten sencillez, te hacen volver a la infancia, retroceder a la casa de los abuelos en la que hemos pasado tantas tardes, tantos veranos. Y es que parece un lugar acogedor sea la temporada del año que sea: si eliges el invierno, la sensación de calidez la tendrás en cualquiera de las habitaciones. Pero es que si prefieres el verano, ese fresquito que la piedra es capaz de transmitir cuando afuera hay 30 grados es simplemente sensacional. Pero dejemos que sean las fotos las que hablen…

L’ Hort De Sant Cebriá (Torroella de Fluvia, Girona)

La comarca del Ampurdán es de las más conocidas y especiales de Girona, siendo uno de los últimos rincones de la Costa Brava, pegado a los Pirineos. L’ Hort de Sant Cebriá se trata de un antiguo cuartel de la Guardia Civil, que ha sido completamente reformado y decorado, rodeado de un jardín con dulces aromas y una piscina de agua salada. El mobiliario es absolutamente único, de origen francés la mayoría, el cuál hará que te sientas como en una lujosa casa señorial, que por fuera no pierde su encanto rústico y de piedra. Sin duda, otra masía de origen catalán de la que no querrás marcharte.