Después de dos años de espera, Alba volvió a disfrutar de “su casita azul”, como la llama ella. Teníamos que haber vuelto el pasado verano, pero dos pequeños “contratiempos” de ojos azules y miel quisieron no arriesgarse a nacer en tierras asturianas. Así que este pasado julio pusimos rumbo a la casita azul y ¡¡los cinco nos fuimos de aventura!!.. Una aventura que comienza con la imagen preciosa de la casa mirando a la montaña y de espaldas a la magia de la cala Guadamía. Con la calidez de la madera y el olor a hierba recién cortada. Con el paraíso de los saltos y juegos para Alba, donde el verde y cuidado jardín amortiguaba los primeros desequilibrios de los gemelos. Con las “Galletas de la Abuela” dándonos los buenos días y un “culín” de sidra para acunar las noches. Con la cercanía de sitios maravillosos para hacer rutas a pie o buscar otros azules con la arena como alfombra. Cuevas, miradores, acantilados, bufones, y, si quieres adentrarte en la montaña más bella...Bulnes y su Naranjo a menos de una hora; para luego descansar en el silencio de la casita de cuento. Todo aderezado con el mimo y la amabilidad de sus propietarios Susana y Jose.
Alba ya cuenta los días para volver al azul soñado.
Alba ya cuenta los días para volver al azul soñado.