Sinceramente, en conjunto, la mejor estancia donde hemos estado. Sitio supertranquilo, perfecto para desconectar. La casa cómoda y decorada con mucho gusto. El jardín ideal, grande, donde hacíamos todas las comidas, con las montañas de fondo, precioso, y donde los niños jugaban y se bañaban. El dueño, Jose, nos pareció encantador. Siempre atento, y respetando la intimidad, consiguió que nunca nos faltara de nada. Los niños encantados con él, pues les dejaba jugutes y les contaba cosas acerca de la natulaleza, le echan de menos, y nosotros también. Lo recomendamos en todos los sentidos ya que hasta el precio nos pareció muy bueno, así que por supuesto....REPETIREMOS.