Hace unos años estuve alojado en los Cascayos en compañía de mi esposa M. José y de dos perritos "Rufo" y otro que por ser cachorro decidimos llamarlo "Trasgu"; la estancia fue inolvidable, el alojamiento sobresaliente en todos los sentidos, los dueños Diamantina y Manolo personas encantadoras y sanas, el entorno muy bonito y la gastronomía de la zona nos dejó también impresionados. Aprovechamos esta ocasión para enviarles un fuerte abrazo.